Utilizando datos individualmente sobre la composición de tareas en el trabajo para 30 economías avanzadas y emergentes, encontramos que las mujeres, en promedio, realizan tareas más rutinarias que los hombres, tareas que son más propensas a la automatización. Para cuantificar el impacto en los trabajos, se relacionaron los datos sobre la composición de las tareas en el trabajo con las estimaciones de nivel de ocupación y la probabilidad de automatización, controlando un conjunto de características individuales (por ejemplo, educación, edad, alfabetización y habilidades de cálculo). Los resultados indican que las trabajadoras tienen un riesgo significativamente mayor de desplazamiento por automatización que los trabajadores masculinos, con un 11 % de la fuerza laboral femenina en alto riesgo de ser automatizadas dado el estado actual de la tecnología, aunque con una heterogeneidad significativa entre países. La probabilidad de automatización es menor para las cohortes de mujeres más jóvenes y para aquellas en puestos gerenciales.