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El manual fue desarrollado por el Grupo de Trabajo del UNEG sobre Derechos Humanos e Igualdad de Género y constituye una guía con opciones sobre cómo integrar las dimensiones de DD.HH. e igualdad de género en la evaluación. Este manual ofrece orientación sobre ambos conceptos, “derechos humanos” e “igualdad de género”, para aprovechar las sinergias y la superposición entre estos conceptos que se refuerzan mutuamente, incluido el entendimiento de que la igualdad de género es tanto un derecho humano como una dimensión del desarrollo en si mismo. El manual fue diseñado principalmente para uso de los evaluadores y evaluadoras de la ONU que realizan evaluaciones de programas y proyectos (aquí llamados “intervenciones”), y es especialmente útil para evaluaciones de intervenciones que no tienen como objetivo principal los derechos humanos ni la igualdad de género. También puede ayudar a quienes diseñan y planifican nuevas intervenciones en análisis de DD.HH e igualdad de género, y a promover su inclusión en el diseño de intervenciones y sistemas de SyE.
This Special Issue usefully analyses the links between statistics, knowledge, policy making and politics, and uncovers intended and unintended consequences of using indicators to frame policy. Many civil society organizations (CSOs) were actively involved in the Open Working Group, and some have continued their advocacy into the ongoing process of developing the SDG indicator framework. Some indicators are being reconsidered; but despite repeated efforts there is still no indicator to measure inequality between countries. There is a recognized need for innovative ways to supplement already existing data. The use of proxy measurements is already underway, and initiatives such as a collaboration between some UN agencies and Gallup. The active public engagement in the process that determined the SDGs may help to resist the reductionism often evident in translating from the goals to the targets to the indicators. The 2019 meeting of the High?Level Political Forum (HLPF) will be an essential occasion to address some of these issues and to chart a correction course.
This paper analyses the role of feminist mobilizing in formulating the gender equality agenda of the Sustainable Development Goals (SDGs): the goal (5) to ‘achieve gender equality and empower all women and girls’ and gender?related targets across other SDGs. It explores how three key drivers shaped its contours and the effectiveness: (1) context of socioeconomic and political environment; (2) institutions; and (3) the processes of movement building. While feminist mobilizing led to significant advances in the SDGs relative to the Millennium Development Goals (MDGs), important unresolved barriers of financing and political opposition to women's human rights and gender equality remain and will require continued feminist mobilizing. This paper argues for the need to locate feminist mobilizing for the SDGs in the context of the history and persistence of gender inequality and violations of girls’ and women's human rights, and the struggle against these violations. This history is located within economic, social and political environments that are sometimes more open to progressive social change but often, as in the current global conjuncture, may not be.
The SDGs are important because they set consensus norms. At face value, Goal 10 sets a strong norm on reducing inequality within and between countries. Yet this is undermined and distorted by the targets and indicators which are weak and set an agenda for inclusion rather than for reducing inequalities. This paper explains this paradox as a result of an intense contestation over the framing of the inequality agenda as inclusion, focusing on the poor and excluded, rather than on extreme inequality. The paper provides a detailed account of the negotiations and argues that the insertion of the shared prosperity measure in setting the target on vertical economic inequality (rather than distribution measures such as Gini or Palma ratio) was strategic. It concludes that the political choice over the meaning of a norm is made on what is said to be a technical basis. The technical and political considerations cannot be disentangled and greater transparency on the policy strengths and weaknesses of measurement choices is needed.
Este informe propone que el Buró de América Latina y el Caribe (RBLAC) adopte un enfoque estratégico sobre los hotspots para la aceleración de los avances de los ODS en América Latina y el Caribe. Como subraya la agenda de reforma de los ODS, la aceleración de estos implica, en última instancia, ayudar a los Estados miembros a mover la aguja hacia objetivos y metas “que conviertan el logro de los ODS a nivel nacional en la prueba definitiva del éxito”. En consonancia con el Plan Estratégico 2018-2021 del PNUD, la aceleración significa además integración en los objetivos de los diferentes Estados miembros: i) no permitir que nadie se quede atrás y combatir las exclusiones más graves basadas en el género, la raza, la etnia o el origen geográfico; b) generar resiliencia a los desastres naturales, las recesiones económicas y los conflictos políticos y sociales; y iii) promover transformaciones estructurales que garanticen el desarrollo sostenible3. Definimos los hotspots “puntos problemáticos” como lugares físicos en los que intersectan múltiples brechas de los ODS. Este enfoque no pretende desplazar la asistencia que proporciona el PNUD en ámbitos como la planificación nacional sistémica y la prestación de servicios públicos, sino dirigir la atención hacia grupos y lugares que presentan unas deficientes capacidades de ejecución, escasez de datos y débiles fuentes de financiación.
Las políticas de protección social de los países de América Latina y el Caribe (ALC) han cambiado considerablemente en las últimas décadas. En particular, en la primera década del siglo XXI se observan estructuras de política social más sólidas en comparación a las últimas dos décadas del siglo XX. A la par ha ocurrido una reducción en la desigualdad y la pobreza en la región. Este documento argumenta que aunque el fortalecimiento de las políticas de protección social ha sido positivo, se enfrentan ahora retos importantes especialmente si se consideran las perspectivas de cambio demográfico. El documento inicia con un análisis histórico de la evolución del concepto de protección social en ALC. Posteriormente se propone una definición de institucionalidad de la política de protección social que resulta en un decálogo que permite medir el nivel de institucionalidad de las políticas de protección social en cada país. A continuación se presenta la evolución de la institucionalidad en la región a partir de la aplicación del decálogo a 23 países de ALC con datos de 2006 y 2014. El documento concluye con una discusión sobre los desafíos que enfrentan las políticas de protección social actualmente.
Considering Mexico’s experience with military and corporatist autocratic rule, the country has made significant progress over the last two decades with regard to electoral competition and its overall regulatory environment, including market-oriented reforms. Economic and political elites, as well as an increasing share of the middle-class, are technically qualified and have knowledge on how best to organize the political, economic and social frameworks of their society. Mexican policymakers at both the national and regional levels are well trained, internationally experienced and often equipped with high-level qualifications from Western universities. Mexico’s tertiary education system is increasingly competitive internationally as are several major firms, including an increasing number in the manufacturing sector. At the same time, Mexico suffers from structural problems that are uncommon among most other OECD countries. These challenges mainly relate to an extremely unequal distribution of social benefits and services among the population, such as security and social opportunities. The resulting cleavages between geographic regions, rural and urban areas and social classes are among the most pressing barriers to further societal progress. In addition, uneven state capacity, both geographically and across policy sectors, often undermines the effective and coherent implementation of policies. Against this background, Mexico faced a series of major challenges in 2017.
El Estudio de la OCDE sobre integridad en México es uno de los primeros estudios en aplicar la nueva Recomendación del Consejo de la OCDE sobre Integridad Pública (2017). En el Estudio se evalúa i) la coherencia y la amplitud del sistema de la integridad pública; ii) hasta qué punto las nuevas reformas de México inculcan una cultura de integridad en la sociedad y el sector público; y iii) la eficacia de mecanismos cada vez más estrictos de rendición de cuentas. Además, el Estudio incluye un enfoque sectorial en la contratación pública, una de las mayores áreas de gasto gubernamental en el país y una área de actividad gubernamental de alto riesgo para el fraude y la corrupción. El estudio ofrece varias propuestas para fortalecer los arreglos institucionales y mejorar la coordinación vertical y horizontal, colmar las lagunas aún existentes en los diversos marcos legales y políticos, inculcar los valores de integridad y asegurar la sostenibilidad de las reformas.
Gender inequality remains the most pervasive form of inequality around the world, and progress in reducing it remains unacceptably slow with stagnation in several areas. Gender equality and the empowerment of all women and girls are at the center of the 2030 Agenda for Sustainable Development. The Agenda positions the Beijing Platform for Action as a foundational framework for sustainable development. Sustainable Development Goal (SDG) 5 to achieve gender equality and empower all women and girls addresses many of the important barriers to advancing women’s human rights. These are accompanied by gender-sensitive targets across other goals. Ensuring these commitments are fulfilled in all countries has the potential to transform the lives of women and girls across the world. Based on UN-Women’s analytical work and operational activities, a number of key lessons have emerged that should guide all stakeholders in all efforts to ensure a gender-responsive implementation of the 2030 Agenda for Sustainable Development.
The Americas Consultation brought together current and former practicing politicians and representatives from international, regional, and civil society organizations active in the region to discuss gender equality and women’s political empowerment, examine case studies, exchange best practices, and produce a set of recommendations for furthering women’s engagement in politics in the Americas. This report consists of three sections of relevant experiences and lessons learned on gender equality and the political empowerment of women: 1) challenges to be overcome in the region; 2) existing tools and mechanisms; and 3) best practices and recommendations on how to effectively advance gender equality and women’s political participation.
Gender equality, as we all know but too often take for granted in our daily lives, is neither a given nor something that happens all by itself. Gender equality needs champions and dedicated actions at all levels to make it a reality. Our special thanks go to all those in our partner countries and in Germany who are determined to overcome gender-based discrimination and disadvantages and to facilitate real gender equality. This publication offers you some insights into our work, outlining our commitments to the Women’s Empowerment Principles and the 20 best-rated contributions to this year’s Gender Competition.
At the 60th session of the UN Commission on the Status of Women (CSW60) in March 2016, Member States reiterated their commitment in the 2030 Agenda to significantly increase investments to close the gender gap, to strengthen support for gender equality institutions at all levels, and to systematically embed gender perspectives into all aspects of implementation, including in their work on data and statistics, indicators, follow-up and review, and to build accountability and give primacy to women’s leadership at all levels. The CSW60 Agreed Conclusions laid out the strategy and road map for gender-responsive implementation of all Sustainable Development Goals. “Driving the Gender-Responsive Implementation of the 2030 Agenda for Sustainable Development” highlights the key messages and presents an analysis of the CSW60 Agreed Conclusions.
Moving beyond the narrow goals and targets of the Millennium Development Goals (MDGs) and the top-down manner in which they were defined, the 2030 Agenda promises to address many of their shortcomings. Not only has the process of defining the new agenda been more inclusive and its scope a universal one, but it is also anchored in human rights principles, while its goals and targets draw attention to a far more variegated set of structural concerns. This is evident in the remarkably broad scope of the targets under the gender-specific Goal 5. But the Sustainable Development Goals (SDGs), like the MDGs, are somewhat silent on the policies needed to achieve the goals and targets. When it comes to the gender-specific elements, while the SDGs do a far better job than the MDGs in drawing attention to key structural constraints that hold back women's enjoyment of their rights, on some of the more contested issues they hardly advance the agenda beyond what has been the ‘agreed language’ for decades. At the same time, the hard-won gains and vision of the SDGs, including SDG 5, may be difficult to realise unless the dominant economic model that forms the backdrop is changed, and stronger accountability mechanisms are put in place. In the absence of robust accountability mechanisms, the risk of dilution and selectivity in the process of implementation looms large.
En el presente documento se analiza la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a la luz de los desafíos y prioridades para la igualdad de género y los derechos y la autonomía de las mujeres en América Latina y el Caribe. Se presentan ejemplos ilustrativos sobre las interrelaciones entre objetivos y metas de la Agenda 2030, y se advierte sobre la importancia de un abordaje integral para asegurar que el progreso en algunos de los ODS no se realice a través de medios que puedan obstaculizar el logro de los objetivos y metas vinculados a la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Se concluye que la Agenda Regional de Género constituye una hoja de ruta para lograr los ODS en América Latina y el Caribe a través de la implementación de políticas públicas que vinculen las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible y contribuyan a erradicar las desigualdades de género y las desigualdades en los países y entre ellos.
This brief provides an overview of OECD Development Assistance Committee (DAC) members’ aid to gender equality since the MDGs and identifies priorities for financing gender equality in the implementation of the post-2015 development agenda. The figures are based on DAC members’ aid that has been screened using the DAC gender equality policy marker – a statistical tool to measure whether aid activities target gender equality as a policy objective. At present, 92% of all bilateral “sector allocable” aid is screened against the gender marker.
Este documento recoge los Compromisos y Ruta hacia un planeta 50-50 al 2030, elaborado por el Grupo Interagencial de Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres y Niñas del UNDG LAC, integrado por 18 entidades de Naciones Unidas.
This paper suggests a framework that governments and stakeholders can use in their countries to take action to leave no one behind in a way that enables and accelerates national progress to achieve the Sustainable Development Goals (SDGs). It also seeks to inform the manner in which the United Nations Development Programme (UNDP) works with countries to implement the 2030 Agenda, in keeping with the commitment of the United Nations Development System to put the pledge to leave no one behind at the heart of its support.
Las conclusiones del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) de 2019 arrojan luz sobre las disparidades en cómo las personas experimentan la pobreza, revelando grandes desigualdades entre países y entre quienes se encuentran en situación de pobreza.
El IPM va más allá de los ingresos como indicador exclusivo de pobreza y mide cómo las personas experimentan la pobreza en su salud, educación y nivel de vida. El IPM de 2019 ofrece un mapa detallado de la pobreza en 101 países y 1.119 regiones a nivel subnacional, y abarca al 76 por ciento de la población mundial, yendo más allá de la medición simple basada en los ingresos para conocer la manera en que las personas viven realmente la pobreza cada día.
La tendencia de rastrear la salud y el bienestar utilizando tecnologías digitales ha permeado la cultura dominante. Las capacidades de monitoreo en tiempo real, los algoritmos interactivos de soporte de decisiones y las características de prueba de diagnóstico de los dispositivos de salud digital han despertado el interés de los usuarios en todo el mundo.
La aplicación de herramientas como el análisis predictivo y el análisis prescriptivo ha beneficiado a empresas como las compañías de seguros y los proveedores de atención médica. También ha llevado a un trato desigual y a la discriminación de las personas como consumidores y receptores de servicios de atención médica, y a la toma de decisiones desacertada por parte de los médicos y los encargados de formular políticas.
Nuestra investigación, que se realizó con participantes en gran parte de América del Norte, ha investigado las actitudes hacia el intercambio de datos de salud personales con diversos interesados dentro del sector de la salud en general. También explora enfoques de datos alternativos que podrían mitigar la marginación y la exclusión.
A pesar de los considerables esfuerzos realizados en los últimos cuatro años, no estamos en camino de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Debemos acelerar drásticamente el ritmo de implementación a medida que entramos en una década decisiva para las personas y el planeta. Debemos conectar los puntos en todo lo que hacemos, como individuos, grupos cívicos, corporaciones, municipalidades y Estados miembros de las Naciones Unidas, y verdaderamente abrazar los principios de inclusión y sostenibilidad. La ciencia es nuestro gran aliado en los esfuerzos por alcanzar los Objetivos.
El Informe Global de Desarrollo Sostenible 2019, preparado por un grupo independiente de científicos, presenta una evaluación objetiva de dónde nos estamos quedando cortos y qué hay que hacer. El Informe destaca los puntos de entrada centrales para aprovechar las interconexiones y acelerar el progreso en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este informe nos recuerda que el futuro está determinado por lo que hacemos ahora y la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente. Animo a todos los actores a traducir las ideas de este análisis en acción colectiva.